
Una cosa que todo el mundo ha representado, coger un plátano y metérselo bajo la camiseta simulando como si fuera una pistola, fue la genial idea que tuvo un adolescente llamado John Szwalla para atracar una tienda.
Por lo visto la cosa cuajó hasta que unos cuantos se abalanzaron sobre él para quitarle el arma y vieron el pastel.
En un intento de eliminar las pruebas ante lo evidente, el chico se comió el plátano con el que había atracado y cuando llegó la policía sólo pudo hacer fotos a la piel que plátano que dejó el presunto atracador.

¿Será la crisis o el aburrimiento que provoca estos delirios?
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